La mejor rutina de cuidado de la piel (hecha exclusiva para hombres)
Todo el mundo merece una piel cuidada y bonita. Sin embargo, varios hombres suelen pasar por alto este punto, al menos en cuanto a cuidado personal. Si necesitas ayuda para evitar la sequedad, el picor, las arrugas o el exceso de grasa; quizá debas volver a lo básico. Una buena rutina de cuidado de la piel te ayudará con todo eso y más. ¡Hasta podría mejorar el aspecto (y olor) de tu barba!
El truco no está en aplicar un paso a paso interminable o complicado, sino en convertir algo que es bueno para tu cutis (y para ti) en un hábito que seas capaz de mantener a diario. Para que empieces con buen pie, te dejamos algunos consejos clave para el cuidado de la piel.
El truco no está en aplicar un paso a paso interminable o complicado, sino en convertir algo que es bueno para tu cutis (y para ti) en un hábito que seas capaz de mantener a diario. Para que empieces con buen pie, te dejamos algunos consejos clave para el cuidado de la piel.
¿Cuál es tu tipo de piel?
¿Normal, grasa o sensible? ¿Acaso una combinación? A la hora de comenzar con el cuidado de la piel de la cara, no debes ir a ciegas. Necesitas saber cuál es tu tipo de cutis y la manera más fácil de averiguarlo, aunque parezca simple, es lavándote la cara. Ya después, solo deberás esperar para ver qué sucede cuando se seca.
GRASA: Si tus mejillas, frente y nariz brillan, lo más probable es que tengas la piel grasa. También puede pasar que te salgan granos con frecuencia. Para este tipo de piel, la exfoliación es clave, ya que ayuda a limpiar los poros obstruidos. Si tienes la piel grasa, quizá te sirva revisar nuestra guía sobre cómo afeitarse con acné.
SECA: Si tu piel presenta descamaciones en algunas zonas y se siente tirante en otras, es posible que tengas la piel seca. Las fórmulas y cremas hidratantes serán tus mejores aliadas.
MIXTA: Si te cuesta decidirte entre los dos tipos anteriores porque notas signos de ambos, entonces tienes la piel mixta. Busca productos aptos para todo tipo de piel.
SENSIBLE: Si tu cara se siente muy seca y tirante —y, además, presenta rojeces— entonces podrías tener la piel sensible. Te aconsejamos usar productos libres de alcohol, fragancias y colorantes. ¿Necesitas ayuda para afeitar este tipo de piel? Te dejamos un par de consejos aquí.
NORMAL: Si no notas ninguno de estos signos en tu cara, tienes suerte. De seguro, tienes una piel normal. En otras palabras, puedes mantener una rutina de cuidado bastante simple y usar la mayoría de los productos.
Ahora que ya sabes cuál es tu tipo de piel, asegúrate de encontrar un limpiador facial que cubra sus necesidades. La mayoría de los productos indican para qué zona y tipo de piel están diseñados. Por ejemplo, hay fórmulas que son aptas para la barba y la cara, y otras pensadas exclusivamente para la piel sensible.
- Usa un limpiador neutro. Aclara los restos con agua y seca tu piel dándole toquecitos con una toalla suave.
- Ahora, deja que tu rostro se termine de secar. Espera una media hora para que la cara respire.
- Vuelve al baño y mírate al espejo. Fíjate muy bien en todos los detalles de tu piel. ¿Qué ves?
GRASA: Si tus mejillas, frente y nariz brillan, lo más probable es que tengas la piel grasa. También puede pasar que te salgan granos con frecuencia. Para este tipo de piel, la exfoliación es clave, ya que ayuda a limpiar los poros obstruidos. Si tienes la piel grasa, quizá te sirva revisar nuestra guía sobre cómo afeitarse con acné.
SECA: Si tu piel presenta descamaciones en algunas zonas y se siente tirante en otras, es posible que tengas la piel seca. Las fórmulas y cremas hidratantes serán tus mejores aliadas.
MIXTA: Si te cuesta decidirte entre los dos tipos anteriores porque notas signos de ambos, entonces tienes la piel mixta. Busca productos aptos para todo tipo de piel.
SENSIBLE: Si tu cara se siente muy seca y tirante —y, además, presenta rojeces— entonces podrías tener la piel sensible. Te aconsejamos usar productos libres de alcohol, fragancias y colorantes. ¿Necesitas ayuda para afeitar este tipo de piel? Te dejamos un par de consejos aquí.
NORMAL: Si no notas ninguno de estos signos en tu cara, tienes suerte. De seguro, tienes una piel normal. En otras palabras, puedes mantener una rutina de cuidado bastante simple y usar la mayoría de los productos.
Ahora que ya sabes cuál es tu tipo de piel, asegúrate de encontrar un limpiador facial que cubra sus necesidades. La mayoría de los productos indican para qué zona y tipo de piel están diseñados. Por ejemplo, hay fórmulas que son aptas para la barba y la cara, y otras pensadas exclusivamente para la piel sensible.
¡A lavarse la cara!
Iniciamos con el primer básico: lavarse la cara dos veces al día. Lo normal es, una vez por la mañana, nada más levantarse, y otra por la noche, justo antes de acostarse. Las personas con la piel muy sensible pueden saltarse un lavado, limitando la limpieza facial a una vez por día. Si te afeitas a diario, te será muy fácil incluir este paso en tu rutina. Solo asegúrate de terminar tu limpieza facial antes de aplicar cualquier producto de afeitado.
Lavarse la cara es sencillo. De hecho, puedes hacerlo en tan solo siete pasos.
Paso 1: Ante todo, lávate las manos.
Paso 2: Pon tus manos bajo el chorro de agua tibia y moja toda tu cara.
Paso 3: Aplica una pequeña cantidad de limpiador en la palma de la mano y frótala con la otra hasta hacer espuma.
Paso 4: Aplica la espuma por todo el rostro y siempre en círculos. No lo hagas demasiado fuerte e intenta que el producto no entre en contacto con tus ojos.
Paso 5: Aclara con abundante agua hasta que tu cara quede completamente limpia.
Paso 6: Sécate el rostro con una toalla limpia y suave.
Paso 7: Culmina con una crema hidratante. Aplícala bien por toda la cara, como si fuese un protector solar. Con un poco de producto, será más que suficiente.
Lavarse la cara es sencillo. De hecho, puedes hacerlo en tan solo siete pasos.
Paso 1: Ante todo, lávate las manos.
Paso 2: Pon tus manos bajo el chorro de agua tibia y moja toda tu cara.
Paso 3: Aplica una pequeña cantidad de limpiador en la palma de la mano y frótala con la otra hasta hacer espuma.
Paso 4: Aplica la espuma por todo el rostro y siempre en círculos. No lo hagas demasiado fuerte e intenta que el producto no entre en contacto con tus ojos.
Paso 5: Aclara con abundante agua hasta que tu cara quede completamente limpia.
Paso 6: Sécate el rostro con una toalla limpia y suave.
Paso 7: Culmina con una crema hidratante. Aplícala bien por toda la cara, como si fuese un protector solar. Con un poco de producto, será más que suficiente.
¿Qué es la exfoliación?
El exfoliante no es más que un producto en formato de gel o crema que incluye micropartículas. La exfoliación es clave especialmente para el cuidado de la piel grasa, ya que penetra en los poros para limpiarlos a fondo, eliminando también la piel muerta y los restos de suciedad.
Es muy fácil hacer un exfoliante casero. Puedes usar ingredientes que tienes guardados en la alacena, como azúcar moreno, miel, bicarbonato, avena, canela, aloe vera o aceite de árbol de té. «Guglea» para conseguir recetas y recuerda: no uses exfoliantes corporales en el rostro. La piel de tu cara, al ser más sensible, necesita una fórmula más suave.
Consejo para un buen afeitado: Pásate la maquinilla después de limpiar y exfoliar el rostro, y obtendrás un afeitado cómodo, suave y apurado. Este consejo de oro no solo funciona para la barba. También lo puedes aplicar en otras zonas del cuerpo.
Es muy fácil hacer un exfoliante casero. Puedes usar ingredientes que tienes guardados en la alacena, como azúcar moreno, miel, bicarbonato, avena, canela, aloe vera o aceite de árbol de té. «Guglea» para conseguir recetas y recuerda: no uses exfoliantes corporales en el rostro. La piel de tu cara, al ser más sensible, necesita una fórmula más suave.
Consejo para un buen afeitado: Pásate la maquinilla después de limpiar y exfoliar el rostro, y obtendrás un afeitado cómodo, suave y apurado. Este consejo de oro no solo funciona para la barba. También lo puedes aplicar en otras zonas del cuerpo.
¡No te saltes la protección solar!
Procura incluir un producto con FPS en tu rutina de cuidado de la piel. El factor de protección solar mínimo establecido por la FDA es de 15, pero la Academia Americana de Dermatología recomienda al menos un FPS 30 para todos los tonos y tipos de piel. Así que, es mejor ir a lo seguro. De esta manera, evitarás quemaduras solares, arrugas y problemas cutáneos graves. Optar por un buen FPS también te ayudará a prevenir las manchas y cualquier tipo de decoloración. Si pasas mucho tiempo al aire libre, considera usar un FPS más alto, al menos para el rostro, y asegúrate de seguir las instrucciones al pie de la letra.
Ninguna rutina para el cuidado de la piel de la cara estaría completa sin el secreto más importante: la constancia. Si seguir todos estos pasos te parece demasiado, tómatelo con calma. Empieza por integrar uno o dos consejos para el cuidado de la piel en tu día a día. Y cuando te sientas cómodo, sigue con los demás. Puede que no notes los resultados de un día para otro, pero ya verás que, en el futuro, tu rostro te lo agradecerá.
Obtén más consejos sobre el cuidado de la piel de los hombres, además de claves para perfeccionar tu rutina de afeitado aquí.
Ninguna rutina para el cuidado de la piel de la cara estaría completa sin el secreto más importante: la constancia. Si seguir todos estos pasos te parece demasiado, tómatelo con calma. Empieza por integrar uno o dos consejos para el cuidado de la piel en tu día a día. Y cuando te sientas cómodo, sigue con los demás. Puede que no notes los resultados de un día para otro, pero ya verás que, en el futuro, tu rostro te lo agradecerá.
Obtén más consejos sobre el cuidado de la piel de los hombres, además de claves para perfeccionar tu rutina de afeitado aquí.
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